Hace 4 años me divorcié y este año perdí mis ahorros en una muy mala inversión.
¿Por qué te cuento esto?Porque estos podrían ser los dos fracasos más importantes – no los únicos – de mi vida. Y digo “más importantes” porque son los que más me han generado procesos de cuestionamiento.
Pero sé que no soy la única persona en el mundo a la que algo le ha salido mal. Es más, estoy segura de que tú, ahí donde estás escuchándome, tienes una lista de cosas a las que nos encanta llamar “fracaso”.
Por eso este video lo he llamado: Fracasé ¿Y ahora qué?
¿Qué sigue, cómo le damos la vuelta y en quién nos convertimos luego del horrible y pesado fracaso?
El fracaso es una de esos programas mentales que también tenemos instalados en nuestra neurología.
Pero aquí compartiré contigo cuáles son esos programas que pueden generar más y más fracasos en bucle y cómo tú puedes darle la vuelta a la interpretación de los hechos.
De esa manera vas a entender que lo que llamamos fracaso no es más que una experiencia de vida que nos puede dejar muchísimo conocimiento.
Sigue leyendo para también aprender un par de tips súper útiles para cambiar las decepciones de la vida.
Entonces, ¿Qué programas hay detrás del fracaso?
Bueno, primero propongo flexibilizar un poco esta etiqueta.
Llámalo fracaso, fiasco, decepción, chasco… como sea, estamos hablando de un resultado que no era el que esperábamos.
Tenemos una idea, algo que llamamos blueprint, o un mapa de cómo deberían ser las cosas y de repente la vida te trae algo diferente, decepcionante, cargado de mucho dolor y sufrimiento.
El problema de las malas experiencias es que pueden convertirse en experiencias repetitivas si no sabemos actuar con consciencia y hacer los cambios necesarios para que no se vuelvan un bucle.
El fracaso no es más que una información super importante en tu vida, y que si te permites vivirlo con todo y analizarlo con fuerzas, verás cómo puedes sacarle el máximo provecho.
Me voy a permitir hablarte de mis experiencias para que queden como ejemplo: Como te decía al principio del video, hay dos cosas en mi vida en las que estaba tan segura que funcionarían y que nunca me imaginé que saldrían “mal”. Y mucho menos creí lo que me ayudarían en el futuro para alinearme mejor y ser más auténtica.
La primera es un divorcio.
Quizás sabes lo que se siente porque te has divorciado. Si no sabes, imagínate lo que es separarse de la persona con la que pensabas que ibas a envejecer y compartir tu vida.
En un matrimonio, el mapa está clarísimo; las emociones, los recuerdos, las expectativas y las promesas son muy altas, y por lo tanto despegarse y volver a construir cuesta muchísimo.
Lo que más me afectó en este proceso fué la pérdida de confianza en mí misma y en mi capacidad de discernimiento.
Por lo tanto, ahí estaban las dos piezas importantes de información que me estaba indicando la vida, esas cosas en las que yo debería trabajar para poder reconstruir
La segunda cosa en la que fallé y bastante mal, fue haber invertido en una franquicia muy joven y poco sólida.
Muchos también deben saber lo que es perder dinero, ponerle toda la energía, tiempo y dinero a algo que no funciona, invertir en algo que sale terriblemente mal cuando contabas con crear mucho valor y capitalizar tu dinero.
Esta experiencia es horrible, es super emocional, los temas de dinero con super sensibles y nos pueden hacer quedar estancados y seguir perdiendo más dinero si no nos movemos rápidamente
Lo que más me costó en esta experiencia fue aceptar que confíe demasiado rápido y que yo decidí poner mi dinero en la marca de otros en lugar de seguir invirtiendo en mí misma.
Nuevamente, aquí hay dos piezas de información super útiles para arrancar de nuevo.
A parte de mis experiencias, he vivido con clientes procesos de despido, de negocios infructuosos, de carreras y puestos de trabajo que no llenan, de ambientes laborales duros, de jefes malos, de cambios de management y de estructuras corporativas destructivas, de burnout, de intentos de cambios de trabajo y de sector que no llegan a nada…
Y muchísimas otras cosas que implican dolor y dificultades profundas a nivel emocional…
A todas ellas les llamamos fracaso o mala suerte.
Si te identificas con algo de esto te invito a que desde ya, lo llames de otra manera.
Cualquier cosa que parece externa, nos quita el poder de analizar y corregir, y por lo tanto de crecer y reconstruir.
Si no sólo te identificas con alguna de estas experiencias sino que además las has vivido varias veces, es posible que tengas instalado algún programa mental de fracaso y que inconscientemente lo estés repitiendo.
Aquí te dejo tres tips para reconstruir con calma y más alineación:
1. Identifica los programas que te dejan trancado en el bucle de fracaso
Empecemos por los programas lingüísticos, ¿cómo te hablas cuando estás atravesando la experiencia?
Si usas expresiones como “esto siempre me pasa a mí”, “¿por qué siempre me toca esto?”, “ Estoy segura que me va a volver a pasar”, etc., etc.
Entonces, te estás programando para que se repita automáticamente.
Lo otro es, si responsabilizas a factores externos como la empresa, el gobierno, la gente, la situación económica u otro, no te permites ver en donde tú eres responsable de los resultados. Y te puedo asegurar que también se vuelve a repetir porque no eres tú quien toma el control sino que se lo dejas a otro.
2. Identifica los recursos que te trae la experiencia
Así como yo identifiqué lo que más me costó en mi experiencias, tú puedes identificar qué es lo que te resultó más difícil en las tuyas.
Porque es justo ahí donde está el recurso valiosísimo, la información que te dará el control de la situación y el verdadero regalo de la vida.
En mi caso, mi divorcio me ayudó a conocerme mejor, a respetarme más y a permitirme ser más yo.
El haber perdido dinero me permitió ser más selectiva e invertir más en mi marca y mis productos y servicios.
De hecho, por eso es que ahora estoy haciendo todos estos videos y audios y entregando más de mi experticia.
3. Cambia los programas de escasez asociados al miedo al fracaso
El fracaso puede dejar un vacío muy grande y cero ganas de volver a arrancar, y con ellos pueden instalarse programas de escasez como “es que ahora no invierto más porque no sé hacerlo”, “y si pierdo dinero otra vez”, “y si me cambio de trabajo y no me gusta”, “y si me toca un jefe malo”, “no vuelvo a tener otro socio”, etc., etc.
Estos son programas lingüísticos de escasez y sólo hablan de miedo.
¡Cámbialos!
“Y si invierto y duplico mis ingresos“, “Y si me cambio de trabajo y me va tres veces mejor”, “ahora con este socio me irá muy bien”…
Para concluir, en la vida nada está garantizado.
Que las cosas salgan “bien” o “mal” no dependen de la vida, dependen de la interpretación que tú le das a cada cosa.
Entonces, permítete recomenzar y reconstruir, pero hazlo con los recursos que te deja la experiencia pasada, con el aprendizaje y con el crecimiento, que si algo te puedo garantizar es que si haces esto con consciencia, la próxima experiencia nunca será igual.
¡Será más rica y mucho mejor en muchos aspectos!