Yo sé que quieres un cambio. Quizás el cambio viene forzado por un despido en tu empresa. Un cambio de país u otro motivo.
El hecho es que has trabajado mucho tiempo para la misma empresa y te inundan las dudas de cómo te verías en otro sitio.
Si éstas dudas te bloquean al punto que no tomas acción, es posible que estés teniendo resistencia a pertenecer a otro entorno y que todavía te identifiques con tu empleo o empresa anterior.
En mi trabajo como coach de carrera y de desarrollo de talentos le entrego a mis clientes la información, herramientas y técnicas para estar listos mentalmente para el éxito. De esa manera, les ayudo a diseñar una carrera con sentido y propósito.
Sigue leyendo que junt@s veremos qué nos hace falta para soltar las creencias que tenemos respecto a la empresa en la que trabajamos para darle apertura a un cambio con mejores oportunidades.
Primero lo primero: cuando vamos a trabajar, bien sea físicamente o en remoto, creamos rutinas.
Estas rutinas pueden ser físicas como por ejemplo la hora en la que te levantas, hacer el camino de la casa al trabajo, saludar a la gente del equipo, etc.
Pero esto no es todo, las rutinas también son mentales – son los pensamientos que giran en torno a las responsabilidades del puesto, son las preocupaciones sobre el equipo, son los pensamientos sobre los objetivos que tienes que alcanzar, o el ruido sobre los cambios internos de la empresa, etc.
El trabajo nos ocupa muchísimo tanto físicamente como mentalmente y emocionalmente.
¿Cuántas veces no has terminado tu trabajo y aun así sigues pensando en él, en algo que quedó pendiente, en alguna situación con algún colega o en cómo vas a hacerle frente a alguna situación?
Entonces, cuando trabajamos mucho tiempo en la misma empresa, como todo ser humano, nos acostumbramos a ese entorno y pertenecemos allí (mentalmente y emocionalmente).
Así que primero, es importante entender esto para no caer en juicios contra sí mismo.
¡Es normal, nos pasa a todos!
Nuestro cerebro es un órgano espectacular y con un potencial enorme, pero es también bastante flojo y trabaja con programas neurológicos a los que llamamos patrones neuronales.
Trabajar mucho tiempo en el mismo sitio hace no solo que esos patrones neuronales se creen sino que también se anclen muy profundamente, con lo cual, pensar diferente o proyectarnos diferente, no es fácil y puede que hasta no sea natural.
Por eso es importante prepararse mentalmente para dar el salto y hacer el cambio de entorno
¿Cómo se hace esta preparación mental para dejar la empresa?
Paso 1: Recupera tu identidad
¡Tu empresa no eres tú!
Trabajar en la misma empresa hace que nos comportemos y hablemos de ella como si fuera un solo núcleo.
Hablamos de “nosotros”, decimos “en mi empresa” o “somos”. Así que lo primero que tienes que hacer es ese esfuerzo consciente de recordarte que tu empresa no eres tú, ni es tu pareja ni es tu familia.
Así que dejemos de llamarlo tu empresa y vamos a llamarlo “la empresa donde trabajas actualmente”.
Así agregamos un componente de temporalidad y te separas de ese sentido de pertenencia.
Recuerda que tú, como ser integral e independiente, has venido a esa empresa a cumplir una misión y a rendir un servicio, has entregado tu tiempo, tu intelecto y tu energía a cambio de un salario y una experiencia de vida.
Pero las competencias y cualidades que has puesto en práctica son tuyas, y las llevas contigo siempre, ¡no son de la empresa donde trabajas ni le pertenecen a ella!
Tuve un cliente una vez que había trabajado 40 años en la misma empresa. Durante esos años lo promovieron varias veces y llegó a ocupar un puesto directivo super importante, llevaba las riendas de la empresa y decidía la dirección en la cual se dirigían.
Hizo unos cambios espectaculares en la empresa, los ayudó a avanzar a una velocidad increíble a nivel de digitalización de procesos, de tecnologías, y de investigación y desarrollo.
¡El aporte fue enorme e invalorable!
El por su lado, ganaba muy bien, logró hacer “una carrera” en esa empresa, tenía un nombre y una reputación en su sector y estaba agradecido por los años de vida profesional y por todas las oportunidades que esa empresa le brindó. Hasta el punto que sentía que le “debía todo a esa empresa”.
Un día, llegaron los cambios estructurales, y el Grupo decide hacer despidos masivos, y ahí entró mi cliente.
No sólo con una sensación de frustración y de indignación, sino también de pérdida de identidad y orientación.
Simplemente no se veía ni se sentía de otra manera que no fuera ese puesto y esa empresa. Él pensaba que él era quien era gracias a la empresa y olvidó que más bien la empresa era lo que era gracias a su contribución y sus competencias.
Con mi cliente tuvimos que trabajar mucho su identidad y ayudarlo a reapropiarse de su perfil, sus competencias y cualidades. Ayudarlo a separarse de la empresa donde ya no trabajaba.
Si tienes un caso similar, esto es lo primero que hay que hacer. Recuerda, ¡Tu empresa no eres tú, tú eres tú!
Paso 2: Visualiza y proyéctate en lo que te gustaría ser
La segunda parte de la preparación mental para dejar una empresa es preparar el terreno para lo que quieres construir.
En este paso tienes rienda suelta a la imaginación, a crear algo que esté alineado contigo y en donde puedas contribuir de la mejor manera con tu perfil y con la experiencia que has acumulado en tu vida profesional.
Aquí lo que te recomiendo es que dejes fluir tus ideas, que te enfoques en tus prioridades, en lo que es más importante para ti ahora en esta etapa de vida, en las competencias que más te gustaría poner en práctica y en lo que más te gustaría ser parte.
Lo siguiente sería analizar el mercado a ver qué necesidades hay y en donde podrás posicionarte mejor. Pero de esto hablaré en otro artículo, y también en mi podcast Programación Mental para el Éxito, para que te suscribas así te enteras cuando esté al aire. Mis episodios son de 10 minutos o menos una vez por semana, y están llenos de tips y maneras que puedes lograr cambios fundamentales en tu mente para llevar la vida que desees. Ya llevo 8 episodios – ¡Espero los disfrutes!
¡Un abrazo grande!
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