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Cómo mejorar un día irreversiblemente malo

¿Cómo cambiar un día irreversiblemente malo?

¿Qué hacer cuando tienes un día irreversiblemente malo? Yo no sé tú, pero yo he tenido días que empiezan mal. Y aunque me me haya preguntado si irían a cambiar, ¡de todas formas terminan mal!

Es como si estuvieran condenados desde el primer minuto de mi mañana. Esos días en los que lo mejor es irse a dormir porque no hay más nada que hacer. 

Pero, ¿te digo un secreto?  Por muy horrible que sea el día, siempre hay formas de darles la vuelta. Sigue leyendo porque te voy a explicar qué es lo que crea el bucle de acontecimientos y cómo frenarlo cuando ocurre.

¿Qué palabras usamos todos los días?

Si ya has escuchado mi podcast o visto mi canal de YouTube, entonces ya estás familiarizad@ con cómo nos programamos y cómo los programas neuronales se instalan en el inconsciente. 

Entonces, ¿Qué crea ese bucle de “todo sale jodidamente mal”? 

Son 3 cosas:

Primero, los pensamientos y la intención con la que arrancas el día. Segundo, las reacciones a los eventos del día. Y tercero, la expectativa que generamos desde el evento que no pasó primero. 

Pues si, siento decirte que el culpable del mal día lo origina tu propia mente.

Te puedes decir que el día empezó mal porque el metro no funcionaba o el tráfico estaba peor que nunca, o eso no es mi culpa. O que el día empezó con una huelga general y no es mi culpa. O que el problema fue el email que escribió mi jefe anoche y no es mi culpa. O que mercurio retrógrado, que la bolsa cayó y perdí dinero, etc., etc.

No importan las excusas que te hayas repetido o sigas repitiendo, porque ahora que estás aquí leyendo, vamos junt@s a programar tu mente para el éxito. Verás cómo cambia tu vida una vez comiences a dejar de buscar responsabilidades fuera de tu mente.

Empecemos por entender este principio básico.

Lo que hace que un día se vuelva jodidamente irreversible es la forma en la que acogiste (tu mente percibió) todos esos posibles eventos que se presentaron sin aviso y de golpe. ¡Ya está! 

En la medida en que tomes consciencia que de verdad todo se origina en tu mente, en tus pensamientos y a partir de allí se manifiesta en la realidad, vas a ir controlando los bucles de los días malos, y mejor aún, a ponerle una intención constructiva a tus días. 

John Grinder, creador de la Programación Neurolingüística, nos explica lo siguiente: “el problema no es el problema, es el estado en el cual abordamos el problema”.

Y cuando hablamos de estado no hablamos solo del estado mental, sino también emocional. 

Y aquí viene la segunda clave, tus pensamientos producen emociones, y es la emoción la que va a crear tu vibración y la que vas a expandir alrededor de ti. Y más aún, es con esa vibración con la que haces sinergias. 

Así que si estás frustrado, estarás en ese estado para todo que hagas, y si siguen ocurriendo eventos indeseables los seguirás acogiendo con frustración, y esto se vuelve se propaga de manera exponencial.

¡Simplemente no para! 

Uno y otro y otro y otro… y son eventos que si los acoges con otro estado, te puedo asegurar que no son tan horribles. 

Es más, te reto a que recuerdes uno de esos días jodidamente irreversibles y que te lo vuelvas a contar un día que estés de buen humor, estoy segura que el recuerdo te arrancará una buena sonrisa, sino hasta una carcajada. ¿Verdad?

Pero, ¿por qué pasa que al acordamos luego ya no nos molesta tanto y hasta nos parece gracioso? Porque ya no es un problema. Porque tu estado cambió. 

Prestarle atención a tus emociones y a tu estado en general es más fácil que hacerle seguimiento a tus pensamientos diarios, porque tenemos cerca de 60 mil pensamientos al día. 

Así que si el día empieza mal o sigue mal, te recomiendo que hagas una cosa rápida: 

¡¡¡PARA!!!! 

Y cambia tu estado, tus emociones. Pon una música que te guste, habla con alguien con quien te rías siempre, ve un video positivo o lee algo constructivo, pero sobre todo, ¡ponte en movimiento y diviértete!

Esto cambiará tu emoción y tu actitud. No cambiará los eventos del día o lo que viene, pero ese no es el punto. Lo que importa es romper el bucle del día jodidamente irreversible.

¡Ahora ya sabes que es reversible!

Otro consejo que siempre doy es que observes cómo hablas: cuántas veces al día dices “qué bueno”, “genial”, “gracias”, “todo sale bien” y cuántas veces al día dices “esto es imposible”, “yo no tengo porqué hacer esto”, o “así no debería ser esto”. Y esto es sin contar los miles de insultos o palabras fuertes que decimos y nos decimos al día que definitivamente no tienen nada constructivo en el hilo de pensamiento.

Y tranquil@, que no estoy juzgando, ¡todos solemos decirnos cosas así! Pero aquí es donde eso termina para que comiences a programar tu mente para el éxito.

Pero es importante entender que los circuitos neuronales que existen en tu cerebro vienen de información externa, pero también de tu propia programación, es decir, de cómo te hablas.

Decía Mahadma Ghandi…

 «Tus pensamientos se convierten en tus palabras, tus palabras se convierten en tus acciones, tus acciones se convierten en tus hábitos, tus hábitos se convierten en tus valores, tus valores se convierten en tu destino».

Entonces, te conviertes en lo que piensas. Y nuevamente como no puedes monitorear 60 mil pensamientos al día, por lo menos, sí puedes observar y monitorear cómo te hablas.

Si hablas con escasez generas escasez.

Es simple. Si dices con frecuencia: “no tengo”, “no puedo”, “no sé cómo”, “esto no va a salir”, “esto seguro sale mal”, ¿qué crees que creerás o terminará pasando? Estos son ejemplos de carencias que te limitan automáticamente! ¡Ahí no hay nada que hacer!

Pero…

Si hablas con abundancia generas abundancia, también es simple. 

Si dices cosas como “todo se soluciona”, “debe haber alguna forma de poder hacer esto”, “vamos a darle la vuelta”, “seguro sale bien”. Entonces tu mente te guiará a esos resultados positivos. Estos son ejemplos de posibilidades y de apertura que dan espacio a la abundancia. 

¡Te prometo que esto funciona siempre! Cambia como hablas y te hablas, y entonces también cambia tu estado. 

Entiende la importancia y el impacto que tienen las palabras sobre ti y lo fácil que tú, programando tu mente, puedes retomar el control. ¡Que los días malos no los podremos evitar ni controlar, pero el humor y los pensamientos sí!

Yo sé que estás curioso o curiosa, porque este es apenas la punta del iceberg. Tengo mucho que contarte e indagar en tu mente brillante, así que te invito a que sigas mi canal de YouTube o mi podcast en español “Programación Mental para el Éxito” dónde te cuento más sobre el poder de las palabras y la programación para el éxito.

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